La docente María Angélica Bentatti fue la oradora del acto por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, concretado el domingo frente al edificio municipal, sobre la plaza 25 de Mayo, con la presencia del intendente Juan Manuel Moroni, autoridades policiales, de instituciones, abanderados, escoltas, directivos y docentes de establecimientos educativos, como así también miembros de la comunidad.
En la oportunidad, la docente jubilada sostuvo que “es en la Municipalidad en donde creo que deben hacerse estos actos y no actos paralelos. Es el “ágora” la plaza de todos donde deben escucharse todas las voces. Porque si esto no sucede, es probable que se borren los hechos de la historia y se construyan relatos, que más tienen que ver con la ficción que con la historia”.
Y agregó: “Exhorto a quienes se reúnen en otros ámbitos fuera de la plaza de todos; esta plaza en cuyo centro se yergue la figura heroica de San Martín, que pudiendo haber elegido la seguridad española, se sacrificó hasta lograr la victoria que nos permitió dejar de pertenecer al yugo del colonizador. Es aquí donde debemos reunirnos todos, con independencia de quienes ocupen el gobierno local y aunque adhiramos a distintas posiciones partidarias porque la verdad es una sola y quedó firmemente demostrada. Como dicen, quien quiera oír, que oiga”.
Al recordar que su esposo, suegro, cuñado padecieron en carne propia los secuestros, detenciones ilegales y otras atrocidades, sufridos por su “valiente” suegra y otros familiares, nunca fueron partidarios de la venganza, de la violencia ni de tomar las armas. “Si aportaron pruebas a la justicia, creyeron y confiaron en ella y dieron testimonio toda vez que se lo solicitara. Su único “crimen” fue el de ser solidarios con el prójimo y pretender vivir en un país más justo e igualitario. Esa fue la condena a la que fueron sometidos por los personeros de la muerte y aún, salvo en los estrados judiciales en los que pudieron contar su historia, son silenciados por la sociedad y en diversas situaciones debieron ver (y siguen viendo) los rostros de sus secuestradores, caminando libres por las calles de Bell Ville”, remarcó.
Luego de mostrarse en desacuerdo con la “teoría de los dos demonios”, “mateada por la memoria” o aprovechar esa fecha luctuosa para festejar aniversarios de instituciones educativas y otras manifestaciones o “ningunear” a los que viven y todavía tienen mucho para contar, “no acuerdo con banalizar los hechos, ni hacer referencia a la juventud maravillosa. No, definitivamente no; fueron víctimas de un poder represivo violento y feroz que se venía pergeñando y gestando como una máquina de matar y arrasar y que contó con la aprobación y los aplausos de buena parte de la sociedad civil, de los centros económicos de poder y de otras instituciones que colaboraron para satisfacer sus negociados y prebendas”, manifestó Bentatti.